CIRUGÍA PLÁSTICA / Cráneo-maxilofacial


¿Qué es?

La cirugía cráneo maxilofacial es aquella rama de la cirugía que se ocupa de la reparación del esqueleto cráneo facial, tras un accidente, una enfermedad oncológica o una malformación congénita.


FRACTURAS FRONTO-NASO-ETMOIDALES


¿Qué son?

Son aquellas fracturas que comprometen el espacio intercantal. Esta zona es especialmente endeble ante los traumas, sobre todo el área de la lámina papirácea del etmoides. Es un tipo de fractura que deja grandes secuelas si no se trata adecuadamente.

¿Cuál es su tratamiento?

Consiste en la exploración quirúrgica dentro de las 2 primeras semanas postrauma, después de la estabilización del estado general del paciente. Se debe hacer osteosíntesis con microplacas o con alambre en algunos casos. Además, generalmente son necesarios los injertos óseos para el reemplazo o la proyección del dorso nasal.

Notas importantes

  • Los pacientes, o sus familiares, deben estar informados de los riesgos de los procedimientos empleados para el tratamiento de estos traumatismos, así como de los riesgos de no intervenir.
  • Deberán aceptar la necesidad de ser intervenidos en varias ocasiones.
  • Serán conscientes de la severidad de las lesiones en el tratamiento agudo y tendrán expectativas realistas de mejoría para los tratamientos diferidos.
  • En todos los casos se hará firmar un consentimiento informado.
  • Cuidados postoperatorios

  • Valorar ingreso en UCI para monitorización neuroquirúrgica.
  • Exploración oftalmológica.
  • Control de redones (coronal).
  • CT de control postoperatorio.
  • Vigilar posibles signos meníngeos.
  • La duración de la hospitalización dependerá de la severidad del trauma craneofacial, daño al SNC y lesión de las partes blandas.

  • FRACTURAS ORBITOMALARES


    ¿Qué son?

    El hueso malar es el parachoques lateral mediofacial y forma parte del suelo y de la pared lateral orbitaria. Las fracturas orbitomalares son las fracturas más frecuentes en el área maxilofacial después de las fracturas de huesos propios nasales, constituyendo una de las patologías traumáticas más comunes para el cirujano oral y maxilofacial de hoy. Este tipo de fracturas requiere un tratamiento multidisciplinario que debe ser dirigido de forma coordinada por un cirujano maxilofacial y un oftalmólogo.

    ¿Cuál es su tratamiento?

    La base del tratamiento consiste en el abordaje de los focos de fractura, la correcta reducción anatómica de los fragmentos y la fijación –osteosíntesis- que permitan una estabilidad, buen contacto óseo y una adecuada formación del callo de fractura.

    Todo ello con el objetivo de conseguir una mejoría funcional (tratamiento de signos y/o síntomas como diplopia, hipoestesias del nervio infraorbitario, limitación de los movimientos mandibulares, etc.) y una mejoría estética (tratamiento de la asimetría facial, distopia ocular, malposiciones del párpado inferior, etc.).

    La cirugía se realiza bajo anestesia general y dependiendo del grado de desplazamiento de los fragmentos de la fractura, la reducción podrá hacerse de manera abierta (por medio de abordajes que expongan directamente el foco de fractura) o cerrada (se accede y manipula el hueso fracturado a través de una incisión lejana)

    El periodo de ingreso hospitalario, además, suele oscilar entre 24-48 horas, aunque puede verse ampliado dependiendo del grado de inflamación y del grado de desplazamiento de las fracturas que obligue a realizar grandes abordajes para su reducción.

    La inflamación suele mantenerse alrededor de una semana, por lo que el periodo de reposo laboral habitualmente no supera las tres semanas.

    Cuidados postoperatorios:

  • Monitorización del sangrado postoperatorio y de los drenajes.
  • Medidas físicas para mejorar el confort del paciente: frío local intermitente, cabecero de la cama incorporado, etc.
  • Generalmente la dieta oral se puede reiniciar al cabo de 5-6 horas de la cirugía.
  • Control de la reducción de la fractura por técnicas de imagen (radiografía, TAC, etc.) en el postoperatorio inmediato. – Control oftalmológico

  • FRACTURAS DEL TERCIO MEDIO FACIAL


    ¿Qué es?

    El tercio medio facial abarca toda la parte frontal del cráneo, compuesta enteramente de pequeños huesos muy frágiles, cuya función es esencial a la hora de cumplir con las funciones vitales más sencillas. Un impacto fuerte en este área, implica posibles daños en los nervios dentarios, infraorbitarios, oculares, bloqueos de las vías respiratorias, etc. ya que son muchos los huesos que se ven comprometidos en la fractura. Las causas de una fractura de esta índole son muchas y van desde los accidentes en vehículos motorizados hasta peleas, caídas, etc. Y las funciones vitales que más afectadas se ven después del traumatismo son entre otras, la masticación, la deglución, la respiración, la audición, la olfación y la visión.

    ¿Cuál es su tratamiento?

    La base del tratamiento consiste en el abordaje de los focos de fractura, la correcta reducción anatómica de los fragmentos y la fijación –osteosíntesis- que permitan una estabilidad, buen contacto óseo y una adecuada formación del callo de fractura.

    También puede optarse por la reconstrucción con colgajos pediculados ya que permiten la reconstrucción de manera sencilla de algunos defectos de tercio medio facial, como por ejemplo los casos de exenteración orbitaria, maxilectomía total o parcial, rehabilitación de parálisis facial, etc.

    Todo ello con el objetivo de conseguir una mejoría funcional (tratamiento de signos y/o síntomas como diplopia, hipoestesias del nervio infraorbitario, limitación de los movimientos mandibulares, etc.) y una mejoría estética (tratamiento de la asimetría facial, distopia ocular, malposiciones del párpado inferior, etc.).

    La cirugía se realiza bajo anestesia general y dependiendo del grado de desplazamiento de los fragmentos de la fractura, la reducción podrá hacerse de manera abierta (por medio de abordajes que expongan directamente el foco de fractura) o cerrada (se accede y manipula el hueso fracturado a través de una incisión lejana)

    El periodo de ingreso hospitalario, además, suele oscilar entre 24-48 horas, aunque puede verse ampliado dependiendo del grado de inflamación y del grado de desplazamiento de las fracturas que obligue a realizar grandes abordajes para su reducción.

    La inflamación suele mantenerse alrededor de una semana, por lo que el periodo de reposo laboral habitualmente no supera las tres semanas.

    Notas importantes:

  • Los pacientes, o sus familiares, deben estar informados de los riesgos de los procedimientos empleados para el tratamiento de estos traumatismos, así como de los riesgos de no intervenir.
  • Es importante el mantenimiento de una información continuada de la evolución del paciente y que conozcan la posibilidad de requerir varias intervenciones en el caso de traumatismos severos.
  • Serán conscientes de la severidad de las lesiones en el tratamiento agudo y tendrán expectativas realistas de mejoría para los tratamientos diferidos.
  • Cuidados postoperatorios

  • Curas de las lesiones de partes blandas.
  • Higiene oral exhaustiva.
  • Dieta líquida o blanda durante 6-8 semanas.
  • Reposo relativo, abstención de practicar deportes.
  • Cuidados propios de las lesiones asociadas, si existieren, a la fractura del tercio medio facial.

  • RECONSTRUCCIÓN CON COLGAJOS PEDICULADOS


    ¿Qué es?

    La reconstrucción con colgajos pediculados en cabeza y cuello es una técnica quirúrgica reconstructiva aplicable en pacientes sometidos a una cirugía oncológica de este área, incluyendo defectos de gran y mediano tamaño.

    Estas técnicas quirúrgicas se basan en la transposición de tejido muscular y cutáneo pediculado de forma axial en la mayoría de los casos por una arteria y vena/s que constituyen la nutrición del tejido trasportado.

    Es necesaria la conservación de este pedículo para conservar la vitalidad del tejido. En ocasiones, cuando el pedículo es muy voluminoso, es posible seccionarlo tras un tiempo aproximado de 3 semanas en los que se consigue que la vascularización del tejido llegue desde los bordes de la herida y el lecho en el que está situado.

    ¿Cuáles son las ventajas de este tipo de técnica?

    Por su menor tiempo quirúrgico y la mayor sencillez de su ejecución, pueden ser usados en pacientes con morbilidad elevada, en los que la reconstrucción microquirúrgica no está indicada. Asimismo permiten la reconstrucción de manera sencilla en defectos de tercio medio facial, como por ejemplo los casos de exenteración orbitaria, maxilectomía total o parcial, rehabilitación de parálisis facial, etc.

    Su empleo, que supone una disminución del tiempo quirúrgico, no precisa de recursos materiales y humanos tan especializados como en el caso de la reconstrucción miroquirúrgica, por lo que puede ser llevada a cabo en todos los Servicios de Cirugía Oral y Maxilofacial.

    Aunque no ofrece el mismo nivel de rehabilitación funcional y estética en casos de grandes y complejas reconstrucciones, su uso debe ser tenido en cuenta en pacientes ancianos,ante defectos de mediano tamaño y en casos de rehabilitación de defectos en tercio medio.

    Advertencias

    Los pacientes requieren una estancia postoperatoria en Unidad de Reanimación de duración variable, donde se realizan unos cuidados específicos de control de posición del paciente y curas de las heridas quirúrgicas.

    La utilización de tejidos alejados del área de cabeza y cuello provoca morbilidad en la zona dadora de los colgajos, generalmente escasa, provocando deformidades de mayor o menor magnitud en la zona donante.


    RECONSTRUCCIÓN MICROQUIRURGICA DE CABEZA Y CUELLO


    ¿Qué es?

    La reconstrucción microquirúrgica de cabeza y cuello se basa en técnicas muy sofisticadas que requieren un alto grado de cualificación por parte del equipo quirúrgico y un elevado consumo de recursos sanitarios. Su principal objetivo reside en una mejoría funcional y estética residual en el área de cabeza y cuello, buscando una mejora de la calidad de vida de los pacientes.

    Estas técnicas quirúrgicas se basan en la anastomosis bajo microscopio quirúrgico de vasos sanguíneos de reducido calibre. Ello determina que en algunas ocasiones exista riesgo de obstrucción a nivel de vasos arteriales (isquemia) o venosos (trombosis), y sea necesario la reintervención en los primeros días del postoperatorio para proceder a la repermeabilización de los vasos.

    Advertencias

    Los pacientes requieren una estancia postoperatoria en Unidad de Reanimación de duración variable, donde se realizan unos cuidados específicos de control de posición del paciente y curas de las heridas quirúrgicas.

    La utilización de tejidos alejados del área de cabeza y cuello provoca morbilidad en la zona dadora de los colgajos, generalmente muy escasa, manteniendo la funcionalidad motora y sensitiva en la mayoría de los territorios donde se obtienen estos colgajos.