APLICACIONES / CICATRICES


Llamamos “cicatriz” a las marcas que pueden quedar en nuestra piel, como consecuencia de una herida. Cada vez que sufrimos una lesión que interrumpe la continuidad de nuestra piel, se pone en marcha un mecanismo de reparación que se llama “cicatrización”.


Proceso de cicatrización


La epidermis, en condiciones normales, se halla en continua regeneración debido a que está sometida a un desgaste permanente. En algunas ocasiones, esta regeneración continua puede verse interrumpida por una lesión. Como consecuencia de la lesión, se iniciará el proceso de cicatrización. El proceso de cicatrización es un proceso natural del cuerpo dirigido a regenerar los tejidos de la dermis y epidermis que han sufrido una herida. Es un proceso complejo que se divide en varias fases o etapas:

Fase inflamatoria. Es la primera fase del proceso de cicatrización. Se caracteriza por un aumento de vascularización y formación de la costra superficial debido a la llegada de plaquetas y células inflamatorias a la zona dañada. Es decir, debido a la coagulación, se forma un tapón que finalmente evolucionará dando lugar a la costra.

Fase proliferativa o fibroproliferativa. Se empieza a regenerar la zona afectada a consecuencia del acumulo de fibrina y colágeno. El colágeno es una proteína que genera el organismo y es la encargada de rellenar y cerrar los defectos de continuidad de la piel.

Remodelación. Fase final del proceso de cicatrización, en la que se produce una reabsorción del colágeno. Esta fase es lenta y suele alargarse más de un año desde el inicio del proceso de cicatrización.


Cicatrices de Acné


Las cicatrices de acné que aparecen como consecuencia de las lesiones activas que al cicatrizar dejan una depresión o hundimiento. Algunas personas identifican como cicatrices las marcas rojas, hiperpigmentadas, que han quedado después del brote de acné.

Dependiendo de la severidad de las lesiones, la renovación celular se hará a nivel de epidermis o de dermis. El Instituto de Fotomedicina de Centro Medico Teknon tiene distintos equipos láser para el tratamiento de cicatrices acné. Su elección dependerá de la severidad o grado de las lesiones.


Tratamiento Láser de las Cicatrices de Acné


LASER MICROABLATIVO FRACCIONAL


Las innovadoras prestaciones del láser microablativo fraccional (laser fraccionado), con impacto miniaturizado, nos permiten adaptar el tratamiento a cada paciente, según sea la forma y profundidad de las cicatrices de acné.

El láser incorpora un escaner que fracciona el impacto en miles de mini columnas de energía. De este modo, sólo mínimas porciones de piel son alcanzadas por el impacto del láser, dejando “puentes de piel intacta entre ellos. Esta tecnología permite modular el efecto ablativo (exfoliación) para eliminar ese milímetro de piel afectado por secuelas de acné.

La renovación de la epidermis es un proceso que precisa entre 14 a 21 días, que una vez transcurridos permitirán a la paciente lucir una nueva piel. El enrojecimiento postoperatorio suele extenderse de 7 a 10 días, a partir de los cuales puede recuperar el ritmo de vida habitual. Este tratamiento se efectúa con anestesia tópica o de la raíz, de carácter totalmente ambulatorio y su duración aproximada es de una hora.

LASER CO2 ULTRAPULSADO


Cuando el daño de la piel alcanza los niveles más profundos de la dermis y se ha perdido la normal reposición del colágeno, se hace necesaria la intervención de procedimientos más radicales. El láser de CO2 ultrapulsadoofrece la penetración suficiente para los pacientes que presentan este grado de cicatrices ya que permite eliminar capas de piel hasta dejar una superficie nivelada y homogénea. Esto conlleva un período de enrojecimiento postoperatorio más prolongado y una recuperación más lenta, alrededor de 30 días. Este tratamiento se efectúa con anestesia tópica o de la raíz, de carácter totalmente ambulatorio y su duración aproximada es de una hora.

Cicatrices Hipertróficas y Queloides


En ocasiones y por motivos no bien conocidos, puede producirse una formación excesiva y anormal de tejido cicatrizal, que se acumula dentro de los límites originales de la herida. Esta cicatriz se denomina “hipertrófica” y se manifiesta como un “cordón”, no invasivo, que sobresale en el sitio ocupado por la herida. Se forman como resultado de traumatismos o de procedimientos quirúrgicos, perforaciones en las orejas, vacunas, quemaduras y laceraciones menores. Suelen manifestarse a las pocas semanas (6-8) de producirse la lesión y tienden espontáneamente a estabilizarse y en algún caso a resolverse. Aparecen en jóvenes, casi nunca en niños o ancianos. Frecuentemente se hiperpigmentan.

Si la cicatriz adopta un modelo de crecimiento excesivo, es mayor en anchura y longitud que la herida que la originó, es decir sobrepasa los límites de la herida, está asociada a picor y enrojecimiento y tiende a persistir y avanzar con el tiempo, se llama “queloide”. Las cicatrices queloides habitualmente ocurren en individuos con historia familiar con cicatrices queloides. Existe una incidencia mayor de éstas durante la pubertad y el embarazo, así como una disminución en la menopausia y en pacientes de edad avanzada, lo cual demuestra una gran influencia hormonal.


Tratamiento Láser de Cicatrices Hipertróficas o Queloides


TRATAMIENTO PREVENTIVO


Siempre existe el riesgo de que una herida, traumática o quirúrgica pueda evolucionar hacia formas hipertrófica o queloide. Para prevenir esta secuela, se aconseja -a partir de la tercera semana de producirse la herida - moderar la producción de tejido en la cicatriz, mediante el tratamiento con láser de colorante pulsado, que elimina una vascularización excesiva, causante de la proliferación. Esta precaución deberá maximizarse, si existen síntomas como enrojecimiento y picor. En la mayoría de casos dos sesiones son suficientes.

TRATAMIENTO CORRECTOR


En el caso de cicatrices hipertróficas ya estables, donde el cordón fibroso es irreversible, el tratamiento deberá orientarse a “aplanar” el relieve. Esta opción se ofrece mediante sistemas láser ablativos, donde el láser de CO2 fraccional es considerado la referencia. Se consiguen mejoras significativas en un 60% de pacientes.

El tratamiento de la cicatriz queloide debe iniciarse de forma temprana. El láser de colorante pulsado es el más indicado para su tratamiento. reduce el lecho vascular que alimenta la producción desordenada de colágeno y modera la respuesta inflamatoria, que mantiene activo un proceso de cicatrización “enloquecido” corrigiendo su hipertrofia. Aunque depende del fototipo del paciente, tras 6 sesiones el resultado es favorable en un 60 a 85% de los casos.

En ocasiones este tratamiento se combina con la infiltración intralesional de corticoides o bleomicina que ayuda al aplanamiento de la cicatriz.

La aplicación del láser no es dolorosa, como mucho puede ser molesta e inmediatamente después se puede retomar la actividad normal. Las sesiones se realizan cada 6 – 8 semanas. Es importante tener en cuenta que el tratamiento de una cicatriz será más complicado y menos eficiente cuanto mayor sea el tiempo transcurrido desde su aparición 

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